Aries: es una débil constelación zodiacal que
ocupa una extensión de unos 440º cuadrados siendo la número 39 en cuanto a
tamaño.
Constelación: Aries o Carnero es la primera constelación zodiacal, a pesar de su relevancia mitológica, esta situada al oeste de Tauro, no se distingue muy bien a excepción de un grupo de tres estrellas
muy próximas: Hamal, Sheratan y Mesarthim, que forman la cabeza del
carnero. Hamal descansa encima de la línea meridiana (norte-sur) que
desde la estrella asciende hasta el polo norte, pasando por Almach en Andrómeda y por Segín en Cassiopea.
Representa al carnero del vellocino de oro robado por Jasón en la expedición de los argonautas.
Es el Vellocino del carnero alado y divino que llevó por los aires a Frixo y Heles cuando huían de su madrastra Ino. Hele cayó al mar, llamándose desde entonces esa región el Helesponto.
Frixo llegó hasta la Cólquide donde inmoló el carnero a Zeus y
ofreció el vellón a Eetes que lo colgó en una encina al cuidado un
dragón repugnante.
El héroe tesalio Jasón, hijo de Esón y Alcímeda,
que de niño había sido despojado de su reino por su tío Pelias, se
dirigió a él conminándole a su devolución. Pelias, que no estaba por la
labor, puso como condición que sólo lo haría si Jasón le traía el
Vellocino de oro.
Jasón aceptó, reunió a numerosos héroes griegos y a bordo de la nave Argos
se dirigió a la Cólquide. La dificultad de la empresa parecía
insuperable: El rey Eetes no estaba dispuesto a entregar el Vellocino,
la hechicera Circe, hermana del rey, mataba a todos los hombres que a su
tierra llegaban y la áurea piel estaba defendida por un dragón de
aliento repugnante que segaba toda la vida a su alrededor.
Eetes, temeroso de los dioses, no se atrevió a negar la petición
de Jasón pero le puso como condición que capturara y unciera dos toros
creados por Hefesto que exhalaban fuego y tenían pezuñas de bronce, y
con ellos ararse el Campo de Ares y lo sembrase con dientes de
serpientes.
Ante tal dificultad Hera y Atenea
discutieron cómo ayudar a Jasón encontrando una treta, el amor. Para
ello pidieron a Afrodita que su hijo Eros disparase una flecha a Medea,
hija del rey Eetes, para que sucumbiera a la pasión de Jasón.
Usó Medea sus artes hechiceras y a cambio de una loción mágica,
que eliminaba el hedor de los toros, obtuvo de Jasón promesa de
matrimonio. Rociándose el cuerpo con el brebaje pudo el héroe uncir los
toros, arar el campo de Ares y sembrarlo de dientes de serpiente de los
que surgieron hombres armados. Usando la estratagema que había utilizado
Cadmo en una ocasión análoga los venció. Pero Eetes no entregó el
Vellocino, incluso amenazó a los argonautas con matarlos a todos e
incendiar la nave.
De nuevo intervino Medea: guió a Jasón y un puñado de argonautas
hasta el recinto de Ares y con una loción mágica cerró los ojos del
dragón, mientras que Jasón descolgaba el Vellocino de oro. Con él en la
nave, los argonautas se alejaron de la Cólquide.
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